En ocasiones, la familia puede ser una fuente o un foco de tensión y conflicto tanto para padres como para hijos. La Discordancia Familiar se explica por una compleja interacción de factores como son las características propias del adolescente, las características de los padres y la interacción entre éstos.
Entre las características del adolescente que favorecen la aparición de la discordancia están la presencia de un patrón de comportamiento oposicionista, que desafía las reglas, y la necesidad de lograr la separación e independencia de los padres. Entre las características de los padres se encuentran los déficits de habilidades de comunicación, de manejo y control de las situaciones conflicto, y ciertos errores en la educación como es el mal ejercicio o ausencia de autoridad. En otras ocasiones, es la interacción entre los padres lo que favorece un clima de discordancia; de este modo, los problemas conyugales juegan un papel importante en la exacerbación del conflicto. Todo ello, puede suponer una situación de desajuste en el adolescente, situación que también se puede manifestar a través de diversos problemas emocionales en el adolescente como son los problemas de ansiedad, estrés, o depresión.