Ingestas grandes de comida, sin controles extremos de peso
Las personas que presentan este trastorno alimentario experimentan un impulso o ansia por comer. Son capaces de ingerir en un corto periodo de tiempo, una cantidad de comida superior a la que la mayoría de la gente podría consumir en el mismo tiempo, o en circunstancias similares. Podemos decir que el comedor compulsivo manifiesta una pérdida de control sobre la comida…
Generalmente, esta pérdida de control va acompañada de sentimientos de malestar, vergüenza o culpa, por la cantidad de alimentos consumida y por el consiguiente aumento de peso (véase sobrepeso u obesidad). Sin embargo, no adoptan medidas extremas de control de peso ni recurren a las conductas compensatorias típicas de la bulimia.
Estrés, problemas cotidianos
La persona utiliza la comida de modo inadecuado para responder a sus problemas de estrés, ansiedad, aburrimiento, problemas cotidianos, insatisfacción con su peso, o al hambre.
A solas
Su ingesta compulsiva prefiere llevarla a cabo a solas. Cuando se encuentra en público, sin embargo, ingiere poca cantidad de alimentos, hecho que, en algunos casos, puede resultar llamativo o incongruente con el aspecto físico que presenta la persona.
En Blanco Psicología se aplica un programa de reorganización alimentaria que ayuda a la persona a recuperar el control sobre la comida.