Rabietas
Las Rabietas son estallidos emocionales que le sirven al niño para obtener lo que desea en ese momento. Son habituales los gritos, tirar o romper cosas, insultos, golpes, lloros, pataletas, empujones, patadas, amenazas, burlas y desafíos (véase conductas de Oposicionismo y Desafiantes). Estas conductas pueden empezar incluso antes de los 2 años, como fenómeno normal del estadio evolutivo en el que se encuentra el niño, pero pueden mantenerse más allá de los seis si no se corrigen de manera adecuada desde los inicios o su aparición, convirtiéndose así en un problema de conducta durante toda la infancia.
Blanco Psicología propone procedimientos eficaces para controlar, modificar y eliminar las rabietas del niño. Los padres aprenderán que las rabietas están sujetas a elementos sobre los que tenemos control, por lo que las rabietas de su hijo podrán controlarse, modificarse y eliminarse con éxito.
Conductas de Desobediencia y Negativistas
Son conductas de desobediencia que el niño no responda a las órdenes de sus padres, o que lo haga después de repetírselo más de 2 veces. Aunque desobedecer es una conducta frecuente en los niños, se considera necesaria de tratamiento cuando es altamente frecuente e interfiere en el funcionamiento familiar.
Las conductas negativistas tienen que ver con “negarse a todo”, y van asociadas a hábitos que el niño tiene que llevar a cabo a lo largo del día como: bañarse, lavarse las manos, cepillarse los dientes, peinarse, vestirse, desvestirse, sonarse los mocos, sentarse y atarse en el asiento del coche, irse a la cama (véase problemas para dormir), levantarse, comer la comida que le sirven (véase problemas para comer) hacer los deberes o hacerlos sin la presencia o constante ayuda del adulto, etc.
Blanco Psicología aconseja a los Padres sobre la necesidad de acudir a un Programa de Asesoramiento e Intervención Psicopedagógica en el caso de que los comportamientos desobedientes o negativistas del niño sean muy frecuentes, puesto que un comportamiento excesivamente desobediente o negativista en la infancia puede ser un predictor de un comportamiento agresivo en la adolescencia o en la edad adulta.
Conductas de Oposicionismo y Desafiantes
Un niño que presenta un Patrón de Comportamiento Oposicionista y Desafiante se encoleriza e incurre en pataletas, discute con los adultos, los desafía o rechaza cumplir las normas que éstos le ponen, hace cosas que molestan a los demás, acusa a otros de sus errores o mal comportamiento, es susceptible y se molesta fácilmente con los demás, se muestra colérico y resentido, y, además, puede ser rencoroso o vengativo.
Los niños que presentan estas características reciben con mucha frecuencia castigos por su comportamiento. El castigo es el método más eficaz a la hora de eliminar una conducta que no deseamos en el niño, pero éste es eficaz si se aplica de un modo correcto. Aplicado de manera muy frecuente puede provocar en el niño reacciones agresivas, con lo que aumentaríamos sus problemas de comportamiento.
Blanco Psicología ofrece a los padres un Asesoramiento en Pautas Educativas y un Programa de Modificación de Conductas diseñado específicamente para los comportamientos alterados. El objetivo del tratamiento va dirigido a eliminar de manera eficaz los comportamientos inadecuados del niño.
Problemas para dormir
Para algunos niños el momento de acostarse supone dejar de jugar, de ver la televisión, y de separarse de los padres, para quedarse solos en su habitación.
Los niños que presentan este tipo de problema han aprendido a asociar la hora de irse a dormir con el fin de actividades agradables. Es por ello que siempre se resisten a ir a dormir retrasando de mil maneras este momento con peticiones del tipo: «quiero agua», «quiero pis», «tápame tú», «tengo hambre», «quiero decirte algo muy importante», «quiero ir a vuestra cama», etc.
En otros casos el niño se despierta por la noche o sufre pesadillas y se levanta reclamando la compañía de sus padres.
Aunque es cierto que puede resultar cómodo para todos que el niño acabe durmiendo en el coche, en nuestra propia cama, mientras ve la televisión, o mientras le acariciamos o le cogemos de la mano, no es menos cierto que este tipo de conductas permitidas por los padres pueden favorecer en algunos casos la presencia de éste y otro tipo de problemas de conducta futuros en el niño.
Blanco Psicología aporta de manera práctica a los padres estrategias para ayudar al niño a saber dormirse solo. En el caso de que el niño sufra pesadillas, se le ayudará a ser capaz de superar el miedo y a recuperar el ritmo del sueño que probablemente ya tenía adquirido.
Problemas para comer
Problemas a la hora de comer como negarse a comer, vomitar, escupir, tirar la comida, levantarse continuamente de la mesa (véase Hiperactividad), comer mucho o poco (véase sobrepeso u obesidad infantil), comer muy despacio o muy rápido… son situaciones que convierten las horas de la comida en una auténtica pesadilla.
La negativa a comer
La negativa a comer suele deberse al alimento, a la forma de cocinarlo o a la cantidad. El niño sólo come una serie de alimentos muy restringidos, negándose a comer todo aquello que no le gusta o no es de su agrado. El peso de estos niños pueden llegar a estar por debajo de los parámetros que se consideran normales.
Una vez descartado un problema orgánico en el niño, las conductas a la hora de comer como vomitar, escupir, y tirar la comida, son conductas de oposición a comer.
La conducta de vómito a la hora de comer, el levantarse continuamente de la silla y el comer muy despacio o muy rápido, pueden estar indicando también la presencia de un proceso de ansiedad en el niño.
Comida y diversión
En otros casos el niño puede relacionar el comer con distracción, diversión o compañía, por ejemplo el niño puede desear jugar continuamente, tener compañía o ver la televisión mientras come; en este caso se negará a comer si no se le da el juguete que quiere, si no se le da de comer ni se le hace compañía, o no se le pone la televisión.
Blanco Psicología analiza los factores que están incidiendo en estos patrones desadaptativos relacionados con la comida, y propone pautas específicas para poder intervenir correctamente en cada caso. Se consigue así evitar que estos problemas de relación con la comida o comportamiento alimenticio deriven, con el paso de los años, en un trastorno de mayor gravedad en el niño.
Celos Infantiles
Los celos no siempre son una reacción temporal. A veces afectan de manera considerable en el niño y llegan a interferir de modo significativo en el funcionamiento familiar.
Conductas como rabietas, búsqueda de atención (conductas de interrupción e incordio hacia el adulto), peleas y conductas de fastidio con los hermanos, alteración del sueño o hábitos alimentarios, desobediencia, terquedad, regresión a conductas de etapas evolutivas ya superadas como por ejemplo habla infantil o el retraimiento, pueden explicar la aparición de celos en el niño.
Los celos pueden venir causados por el temperamento del niño, la excesiva atención dispensada a otro hermano o trato desigual, el nacimiento de un hermano, las comparaciones que recibe por parte de los adultos, o la diferencia de años entre los hermanos.
Blanco Psicología ofrece pautas de resolución destinadas a ayudar al niño a superar la situación de celos y evitar así el desarrollo de otras patologías asociadas como los trastornos de aprendizaje escolar, la mala relación familiar, etc.