Caracterizadas por la presencia de una ansiedad exagerada como respuesta a las situaciones temidas, las fobias más frecuentes por sus repercusiones a nivel clínico en la etapa de la adolescencia incluyen la fobia a las intervenciones médicas, la fobia social y la fobia escolar. Otros subtipos de fobias son de tipo ambiental (por ejemplo la fobia a las tormentas), de tipo animal o de tipo situacional (por ejemplo a los espacios cerrados).
La fobia a las intervenciones médicas está relacionada con el miedo a la sangre, a las heridas, a las inyecciones o al daño físico (por ejemplo al dentista o a una intervención quirúrgica). Los jóvenes con fobia social muestran una ansiedad extrema ante situaciones en las que temen ser juzgados por los demás. En la fobia escolar el adolescente rechaza acudir a su centro escolar por dificultades en su rendimiento, por problemas con la disciplina de la escuela, por estar sufriendo una situación de acoso, o por miedo a los exámenes, donde el adolescente anticipa consecuencias negativas como que va a suspender.
En todas las fobias específicas son características las conductas de evitación o escape sobre la situación temida y pueden dar lugar a estados de depresión o crisis de ansiedad en el adolescente.